lunes, 14 de enero de 2019

“Pintoras” es una adaptación del libro “Ellas mismas”, un libro imprescindible para nuestras niñas y niños


La historia ha relegado desde siempre a la mujer a un segundo plano. Mujeres escritoras, escultoras, pintoras o músicas han tenido que escudarse tras un seudónimo masculino para poder publicar sus obras, pues de otra manera hubiera sido imposible, porque la sociedad no se lo permitía.

La sociedad y, sobre todo, los niños y los jóvenes no conocen a casi ninguna de esas mujeres creadoras. Los libros de textos no son una excepción, solo el 10 % de los nombres que citan son de mujeres.
El mundo del arte en particular es aún más exclusivo y, salvo Frida Kahlo, parece que las mujeres artistas jamás han existido.
Este libro intenta acercar esta realidad a los niños, hacerles llegar los nombres de todas estas artistas, educarlos en igualdad.
Pretende enseñar que, aunque las leyes y las costumbres hayan sido tan duras con nosotras, siempre ha habido mujeres que no se han resignado a ese papel pasivo que la sociedad les tenía asignado. Se rebelaron, lucharon y llegaron a brillar como artistas, por mérito propios, al lado de grandes pintores conocidos, aunque después la historia las haya silenciado y arrinconado.
Pintoras es un libro lleno de color, de energía, huye de la victimización y resalta el talento, la valentía y la fuerza de todas estas mujeres artistas y creadoras.
Es un libro infantil para que los peques disfruten y admiren a nuestras antepasadas, que despierte su curiosidad por el arte. Contiene los autorretratos y las vidas de 25 grandes artistas femeninas de todos los tiempos, desde la Prehistoria hasta la Segunda Guerra Mundial, desde el esfuerzo de las lavanderas hasta la fabricación de los primeros automóviles.
Pintoras está escrito como si se tratara de cuentos, para que los niños y niñas puedan disfrutar las 25 historias que contiene.


Ángeles Caso
Licenciada en Geografía e Historia, escritora, historiadora del arte, traductora y comunicadora, nació en Gijón en 1959.
En la década de 1980 trabajó como presentadora de informativos en Televisión Española pero, más tarde, decidió encaminar su vida hacia la literatura y ha colaborado en diversos medios culturales y ha publicado novelas, biografías y ensayos.
En 1994 fue finalista del premio Planeta con El peso de las sombras, galardón que consiguió en el año 2009 con Contra el viento, una novela que giraba en torno a la inmigración. En 2000 también obtuvo el premio Fernando Lara con Un largo silencio.
Muchas de sus obran se centran en personajes históricos femeninos.
Sus últimos libros han sido autoeditados en el sello Libros de la Letra Azul. Fruto de años de investigación sobre la vida y la obra de numerosas mujeres artistas, recientemente ha publicado Ellas mismas, que reúne 100 obras de pintoras y fotógrafas pioneras.

PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN (VIGO)



La plaza de la Constitución ya existe como tal desde del siglo XVII; en un croquis a mano alzada ya se ve perfectamente la plaza Mayor.
Es muy probable que esta plaza fuera antiguamente el punto de la ciudad con más historia. Por ella pasaron las tropas francesas cuando ocuparon la ciudad en el año 1808, allí se leyó la proclamación de Fernando VII como rey de España y la Constitución de Cádiz de 1812, de la que hereda su denominación actual.
En ella se celebraban tres ferias al año, además del mercado de los sábados.
Actualmente se conserva la réplica de la primera farola que recibió luz eléctrica en la ciudad y, a su derecha, podemos encontrar la Casa Gallega de la Cultura.
El edificio más antiguo de esta plaza, “La Central”, es de estilo barroco, pero el resto data ya del siglo XIX.
La plaza se proyectó en el año 1816 y recibió el nombre de plaza de la Pescadería, porque allí se compraba y vendía pescado. Taboada Leal, en su Descripción topográfico-histórica de la ciudad de Vigo, su ría y alrededores, detallaba “que casi siempre lo hay abundante, lo mismo que marisco, carne de cerdo y de carnero”.
La plaza daba al matadero y en ella estaba situado el órgano oficial de la venta de cereales, llamado Alhóndiga, y el repeso, que no era otra cosa que un departamento de control de pesas y medidas.


En el 1832, se dota de esplendor al lugar con la construcción de un lujoso teatro. Su impulsor fue el industrial Norberto Velázquez Moreno, empresario llegado del exterior.
Nacido en Ortigosa de Cameros (La Rioja), Velázquez Moreno se instaló en Vigo y prosperó mucho en los negocios, al punto de que llegó a convertirse en la segunda mayor fortuna local, tras el marqués de Valladares. Velázquez Moreno participó más tarde en la creación del lazareto de la isla de San Simón.
La construcción del teatro supuso una forma de ennoblecer el Vigo de la época. El teatro mantuvo su actividad hasta el año 1880, programando obras con títulos tan sugestivos como El cuarto de hora del bello sexo, Los tres recién nacidos o el drama épico Guzmán el Bueno, héroe de Tarifa.
Francisco Coello dibujó, para el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de Madoz, la plaza con el nombre de Pescadería y prácticamente urbanizada en su totalidad.
En el año 1840, se construyó el nuevo ayuntamiento, el edificio que hoy alberga la Casa Galega da Cultura. Con su construcción, la plaza quedó con su forma cuadrada actual y cerrada, solo con aperturas a la calle Imperial, hoy Joaquín Yánez, a través del Arco de Quiroz y de la Puerta del Sol. Poco después se procedió a su pavimentación y desde ese momento se bautizó oficialmente como plaza de la Alhóndiga.
En Madrid, en el año 1851, nació Isabel Francisca de Asís y de Borbón, primogénita de la reina Isabel II. A los dos meses de nacer, la soberana acudió al templo de Atocha para dar las gracias por el alumbramiento. El cura Merino intentó atentar contra su vida asestándole una puñalada que no resultó mortal, gracias a que el arma tropezó con una ballena del corsé. Este atentado conmocionó a todo el país y Vigo, en prueba de su lealtad y adhesión al trono, cambió el nombre a la plaza, que pasó a llamarse plaza de la Princesa, puesto que era el título que ostentaba la hermana de Alfonso XII desde la cuna.


La ceremonia de colocación de la placa tuvo lugar el 11 de abril de 1852. El cronista José Espinosa señaló en su libro Tierra del Fragoso que en el acta levantada por el secretario municipal se subrayaba que en la ciudad amanecieron los buques engalanados y los edificios adornados con colgaduras. A las 11 de la mañana, frente a la Casa Consistorial, toda la tropa de las diferentes armas de la guarnición estaba formada en batalla. La banda de música tocó hasta mediodía “varias piezas del mejor gusto, y en los intermedios, una multitud de voladores poblaba el aire”.
En el ayuntamiento se encontraban reunidas todas las autoridades y corporaciones civiles, militares y eclesiásticas, funcionarios y empleados públicos, y personas notables de toda la ciudad y la comarca. La comitiva estuvo precedida de un piquete de Infantería y el resto de la tropa, que les hicieron de escolta. Ya en la plaza, el alcalde manifestó el objeto del homenaje, con el cambio pertinente de nombre a la plaza.
En los años cuarenta, la plaza sufrió una reforma que afectó al pavimento de piedra y se plantaron unas camelias. En el centro, dispusieron un monumento, bastante feo, por cierto, según relató el cronista local Vázquez Gil, que recuerda la gesta de la Reconquista y fue levantado en el año 1909, al cumplirse el primer centenario.
Se cree que dicho monumento es una reminiscencia de la fuente del Angelote, que estaba cerca de la de Neptuno; es una fuente-torre rematada por una especie de Cupido. Esta se encontraba donde de hoy se ubica el edificio Labarta y la del Angelote, enfrente. Vázquez Gil la consideraba “bonitiña y recoleta, para gozo de quien quiera”. En los años sesenta fue escenario de concursos de pintura que organizaba el Ayuntamiento durante las fiestas de verano.


En 1990, sufrió una nueva remodelación dentro del plan Urban, que afectó al pavimento.
Un animoso grupo de hosteleros, intenta, desde hace algún tiempo, darle más vida y convertirla en punto de encuentro urbano.
La que llegó a ser la plaza más importante de Vigo, porque acogía la entrada trasera del Ayuntamiento y un gran teatro, con diferencia el mejor de Galicia, edificado por el industrial y mecenas Norberto Velázquez Moreno, es hoy es una plazoleta que da acceso al Casco Vello. Un emplazamiento que cada fin de semana eligen vigueses y turistas para el pasar tiempo en sus terrazas.












Inauguración de “Ondas do mar de Galicia”, la muestra de Ricardo Grobas en el Museo del Mar de Vigo



Ricardo Grobas expone en el Museo del Mar de Vigo Ondas do mar de Galicia, una obra que reúne 50 fotografías de paisajes, que son el reflejo perfecto de un momento que transmite la belleza del mar y la sensibilidad de un gran artista.“Descubrí que fotografiar el mar me producía sensaciones placenteras, que me relajaba y que me hacía sentir pleno”, es el sentir de este gran artista.


Estas fotografías son el resultado de cinco años de intenso trabajo, a lo largo de los 1500 kilómetros del litoral gallego. “El recorrido va desde A Guarda hasta Ribadeo y muestra lo más atractivo, o al menos lo que más me gusta a mí, como pueden ser los faros, los cabos o las islas. También hay fotografías aéreas y de enclaves que apenas se conocen”, ha manifestado Grobas.


 Por supuesto, algunas de sus fotografías son fruto del azar, pero la mayoría son el fruto de una gran planificación y mucha paciencia y constancia:"Primero veo la imagen en mi mente, por lo que vuelvo al lugar muchas veces intentando conseguirla. Tardé años en conseguir algunas de ellas", destaca Grobas.



Durante el acto de inauguración de esta magnífica exposición, el artista estuvo acompañado por personalidades de la política, de la cultura, del arte, compañeros y muchos amigos.









Ricardo Grobas (Vigo, 1962)

Desde bien pequeño tuvo muy claro que su pasión era la fotografía y empezó a trabajar en el mundo del periodismo gráfico con 18 años.

Ha trabajado en varios medios locales y periódicos de ámbito nacional, y ha colaborado en exposiciones colectivas. Su trabajo fotográfico le ha otorgado diversos galardones, los más destacados son el Premio Galicia en Foco, en los años 1990 y 1991, y el Premio de Fotografía de Liga Nacional de Fútbol Profesional, en 1992.

Ha desarrollado su carrera como redactor gráfico en el periódico Faro de Vigo del que desde hace trece años es responsable del departamento de Fotografía.
Es socio fundador y editor gráfico de la editorial Belagua (2013).
Ha publicado La ría de Vigo y su puerto (2009), Illas Atlánticas de Galicia (2013), Galicia, todo un mundo (2015) e Illas Cíes (2016), obras con las que ha querido mostrar la belleza del litoral que ama y que lo vio nacer

Apasionado de la vela y el submarinismo, ocupa su tiempo de ocio fotografiando paisajes de Galicia, especialmente de las costas gallegas.

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