La plaza de la Constitución
ya existe como tal desde del siglo XVII;
en un croquis a mano alzada ya se ve perfectamente la plaza Mayor.
Es muy probable
que esta plaza fuera antiguamente el punto de la ciudad con más historia. Por
ella pasaron las tropas francesas cuando ocuparon la ciudad en el año 1808, allí
se leyó la proclamación de Fernando VII como rey de España y la Constitución de
Cádiz de 1812, de la que hereda su denominación actual.
En ella se celebraban
tres ferias al año, además del mercado de los sábados.
Actualmente se
conserva la réplica de la primera farola que recibió luz eléctrica en la ciudad
y, a su derecha, podemos encontrar la Casa Gallega de la Cultura.
El edificio más
antiguo de esta plaza, “La Central”, es de estilo barroco, pero el resto data
ya del siglo XIX.
La plaza se proyectó
en el año 1816 y recibió el nombre de plaza de la Pescadería, porque allí se
compraba y vendía pescado. Taboada Leal, en su Descripción topográfico-histórica de la ciudad de Vigo, su ría y
alrededores, detallaba “que casi siempre lo hay abundante, lo mismo que
marisco, carne de cerdo y de carnero”.
La plaza daba
al matadero y en ella estaba situado el órgano oficial de la venta de cereales,
llamado Alhóndiga, y el repeso, que no era otra cosa que un departamento de
control de pesas y medidas.
En el 1832, se dota
de esplendor al lugar con la construcción de un lujoso teatro. Su impulsor fue el
industrial Norberto Velázquez Moreno, empresario llegado del exterior.
Nacido en
Ortigosa de Cameros (La Rioja), Velázquez Moreno se instaló en Vigo y prosperó mucho
en los negocios, al punto de que llegó a convertirse en la segunda mayor
fortuna local, tras el marqués de Valladares. Velázquez Moreno participó más
tarde en la creación del lazareto de la isla de San Simón.
La construcción
del teatro supuso una forma de ennoblecer el Vigo de la época. El teatro
mantuvo su actividad hasta el año 1880, programando obras con títulos tan sugestivos
como El cuarto de hora del bello sexo, Los tres recién nacidos o
el drama épico Guzmán el Bueno, héroe de Tarifa.
Francisco
Coello dibujó, para el Diccionario geográfico-estadístico-histórico
de Madoz, la plaza con el nombre de Pescadería y prácticamente urbanizada
en su totalidad.
En el año 1840,
se construyó el nuevo ayuntamiento, el edificio que hoy alberga la Casa Galega
da Cultura. Con su construcción, la plaza quedó con su forma cuadrada actual y
cerrada, solo con aperturas a la calle Imperial, hoy Joaquín Yánez, a través
del Arco de Quiroz y de la Puerta del Sol. Poco después se procedió a su
pavimentación y desde ese momento se bautizó oficialmente como plaza de la
Alhóndiga.
En Madrid, en
el año 1851, nació Isabel Francisca de Asís y de Borbón, primogénita de la
reina Isabel II. A los dos meses de nacer, la soberana acudió al templo de
Atocha para dar las gracias por el alumbramiento. El cura Merino intentó atentar
contra su vida asestándole una puñalada que no resultó mortal, gracias a que el
arma tropezó con una ballena del corsé. Este atentado conmocionó a todo el país
y Vigo, en prueba de su lealtad y adhesión al trono, cambió el nombre a la
plaza, que pasó a llamarse plaza de la Princesa, puesto que era el título que
ostentaba la hermana de Alfonso XII desde la cuna.
La ceremonia de
colocación de la placa tuvo lugar el 11 de abril de 1852. El cronista José Espinosa
señaló en su libro Tierra del Fragoso
que en el acta levantada por el secretario municipal se subrayaba que en la
ciudad amanecieron los buques engalanados y los edificios adornados con
colgaduras. A las 11 de la mañana, frente a la Casa Consistorial, toda la tropa
de las diferentes armas de la guarnición estaba formada en batalla. La banda de
música tocó hasta mediodía “varias piezas del mejor gusto, y en los
intermedios, una multitud de voladores poblaba el aire”.
En el
ayuntamiento se encontraban reunidas todas las autoridades y corporaciones
civiles, militares y eclesiásticas, funcionarios y empleados públicos, y
personas notables de toda la ciudad y la comarca. La comitiva estuvo precedida
de un piquete de Infantería y el resto de la tropa, que les hicieron de
escolta. Ya en la plaza, el alcalde manifestó el objeto del homenaje, con el
cambio pertinente de nombre a la plaza.
En los años
cuarenta, la plaza sufrió una reforma que afectó al pavimento de piedra y se
plantaron unas camelias. En el centro, dispusieron un monumento, bastante feo,
por cierto, según relató el cronista local Vázquez Gil, que recuerda la gesta
de la Reconquista y fue levantado en el año 1909, al cumplirse el primer
centenario.
Se cree que
dicho monumento es una reminiscencia de la fuente del Angelote, que estaba
cerca de la de Neptuno; es una fuente-torre rematada por una especie de Cupido.
Esta se encontraba donde de hoy se ubica el edificio Labarta y la del Angelote,
enfrente. Vázquez Gil la consideraba “bonitiña y recoleta, para gozo de quien quiera”.
En los años sesenta fue escenario de concursos de pintura que organizaba el
Ayuntamiento durante las fiestas de verano.
En 1990, sufrió
una nueva remodelación dentro del plan Urban, que afectó al pavimento.
Un animoso
grupo de hosteleros, intenta, desde hace algún tiempo, darle más vida y
convertirla en punto de encuentro urbano.
La que llegó a
ser la plaza más importante de Vigo, porque acogía la entrada trasera del
Ayuntamiento y un gran teatro, con diferencia el mejor de Galicia, edificado
por el industrial y mecenas Norberto Velázquez Moreno, es hoy es una plazoleta
que da acceso al Casco Vello. Un emplazamiento que cada fin de semana eligen
vigueses y turistas para el pasar tiempo en sus terrazas.