lunes, 14 de enero de 2019

PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN (VIGO)



La plaza de la Constitución ya existe como tal desde del siglo XVII; en un croquis a mano alzada ya se ve perfectamente la plaza Mayor.
Es muy probable que esta plaza fuera antiguamente el punto de la ciudad con más historia. Por ella pasaron las tropas francesas cuando ocuparon la ciudad en el año 1808, allí se leyó la proclamación de Fernando VII como rey de España y la Constitución de Cádiz de 1812, de la que hereda su denominación actual.
En ella se celebraban tres ferias al año, además del mercado de los sábados.
Actualmente se conserva la réplica de la primera farola que recibió luz eléctrica en la ciudad y, a su derecha, podemos encontrar la Casa Gallega de la Cultura.
El edificio más antiguo de esta plaza, “La Central”, es de estilo barroco, pero el resto data ya del siglo XIX.
La plaza se proyectó en el año 1816 y recibió el nombre de plaza de la Pescadería, porque allí se compraba y vendía pescado. Taboada Leal, en su Descripción topográfico-histórica de la ciudad de Vigo, su ría y alrededores, detallaba “que casi siempre lo hay abundante, lo mismo que marisco, carne de cerdo y de carnero”.
La plaza daba al matadero y en ella estaba situado el órgano oficial de la venta de cereales, llamado Alhóndiga, y el repeso, que no era otra cosa que un departamento de control de pesas y medidas.


En el 1832, se dota de esplendor al lugar con la construcción de un lujoso teatro. Su impulsor fue el industrial Norberto Velázquez Moreno, empresario llegado del exterior.
Nacido en Ortigosa de Cameros (La Rioja), Velázquez Moreno se instaló en Vigo y prosperó mucho en los negocios, al punto de que llegó a convertirse en la segunda mayor fortuna local, tras el marqués de Valladares. Velázquez Moreno participó más tarde en la creación del lazareto de la isla de San Simón.
La construcción del teatro supuso una forma de ennoblecer el Vigo de la época. El teatro mantuvo su actividad hasta el año 1880, programando obras con títulos tan sugestivos como El cuarto de hora del bello sexo, Los tres recién nacidos o el drama épico Guzmán el Bueno, héroe de Tarifa.
Francisco Coello dibujó, para el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de Madoz, la plaza con el nombre de Pescadería y prácticamente urbanizada en su totalidad.
En el año 1840, se construyó el nuevo ayuntamiento, el edificio que hoy alberga la Casa Galega da Cultura. Con su construcción, la plaza quedó con su forma cuadrada actual y cerrada, solo con aperturas a la calle Imperial, hoy Joaquín Yánez, a través del Arco de Quiroz y de la Puerta del Sol. Poco después se procedió a su pavimentación y desde ese momento se bautizó oficialmente como plaza de la Alhóndiga.
En Madrid, en el año 1851, nació Isabel Francisca de Asís y de Borbón, primogénita de la reina Isabel II. A los dos meses de nacer, la soberana acudió al templo de Atocha para dar las gracias por el alumbramiento. El cura Merino intentó atentar contra su vida asestándole una puñalada que no resultó mortal, gracias a que el arma tropezó con una ballena del corsé. Este atentado conmocionó a todo el país y Vigo, en prueba de su lealtad y adhesión al trono, cambió el nombre a la plaza, que pasó a llamarse plaza de la Princesa, puesto que era el título que ostentaba la hermana de Alfonso XII desde la cuna.


La ceremonia de colocación de la placa tuvo lugar el 11 de abril de 1852. El cronista José Espinosa señaló en su libro Tierra del Fragoso que en el acta levantada por el secretario municipal se subrayaba que en la ciudad amanecieron los buques engalanados y los edificios adornados con colgaduras. A las 11 de la mañana, frente a la Casa Consistorial, toda la tropa de las diferentes armas de la guarnición estaba formada en batalla. La banda de música tocó hasta mediodía “varias piezas del mejor gusto, y en los intermedios, una multitud de voladores poblaba el aire”.
En el ayuntamiento se encontraban reunidas todas las autoridades y corporaciones civiles, militares y eclesiásticas, funcionarios y empleados públicos, y personas notables de toda la ciudad y la comarca. La comitiva estuvo precedida de un piquete de Infantería y el resto de la tropa, que les hicieron de escolta. Ya en la plaza, el alcalde manifestó el objeto del homenaje, con el cambio pertinente de nombre a la plaza.
En los años cuarenta, la plaza sufrió una reforma que afectó al pavimento de piedra y se plantaron unas camelias. En el centro, dispusieron un monumento, bastante feo, por cierto, según relató el cronista local Vázquez Gil, que recuerda la gesta de la Reconquista y fue levantado en el año 1909, al cumplirse el primer centenario.
Se cree que dicho monumento es una reminiscencia de la fuente del Angelote, que estaba cerca de la de Neptuno; es una fuente-torre rematada por una especie de Cupido. Esta se encontraba donde de hoy se ubica el edificio Labarta y la del Angelote, enfrente. Vázquez Gil la consideraba “bonitiña y recoleta, para gozo de quien quiera”. En los años sesenta fue escenario de concursos de pintura que organizaba el Ayuntamiento durante las fiestas de verano.


En 1990, sufrió una nueva remodelación dentro del plan Urban, que afectó al pavimento.
Un animoso grupo de hosteleros, intenta, desde hace algún tiempo, darle más vida y convertirla en punto de encuentro urbano.
La que llegó a ser la plaza más importante de Vigo, porque acogía la entrada trasera del Ayuntamiento y un gran teatro, con diferencia el mejor de Galicia, edificado por el industrial y mecenas Norberto Velázquez Moreno, es hoy es una plazoleta que da acceso al Casco Vello. Un emplazamiento que cada fin de semana eligen vigueses y turistas para el pasar tiempo en sus terrazas.












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