Tomás Palacios es un joven ingeniero español que
lidera una investigación internacional, junto con otros investigadores de las universidades
Politécnica y Carlos III de Madrid, la de Bostón y la de Carolina del Sur.
Su fin es que podamos conectar todo lo que nos
rodea pero que, a su vez, se pueda alimentar de manera autónoma, con un coste
energético bajo o casi nulo.
Este grupo de investigadores acaba de publicar un
artículo en la revista Nature, en el
que se expone cómo, gracias a un material flexible como es el grafeno, se
pueden capturar las ondas wifi para que circule una corriente continua que
alimente y, por tanto, cargue pequeños aparatos electrónicos.
Se trata de una antena que transforma el wifi en
electricidad desde el centro para dispositivos de grafeno y sistemas 2D que
dirige en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). ¿Qué pasaría si
pudiéramos desarrollar sistemas electrónicos que envolvemos alrededor de un
puente? ¿O si forramos una carretera completa, o las paredes de nuestra
oficina, y llevar inteligencia electrónica a todo lo que nos rodea? ¿Cómo
conseguimos energía para esos aparatos electrónicos?”, subraya en relación con un
futuro conectado al fog computing.
Tomás Palacios considera que en este momento este
invento parece la panacea para cargar los móviles, pero que en un futuro
quedará obsoleto y no nos importarán para nada los teléfonos tal y como los
conocemos en este momento. Podremos hablar directamente con las paredes para
que nos conecten con otras personas o nos busquen información en internet, algo
que ya sucede con los asistentes personales, que trabajan en altavoces. Según Palacios,
en este momento casi nada está conectado a la red, aunque a nosotros sí nos lo
parezca, pero estamos en el buen camino para conseguirlo.
El pilar físico lo conocemos todos, la idea es
usar rectenas, o sea, antenas, que debido a las características de su
composición son capaces de capturar las vibraciones de las microondas de wifi y
traducirlas en movimiento de electrodos, es decir, en corriente. Mediante una
serie de rectificaciones, la corriente es continua y funciona exactamente igual
que una pila convencional.
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