lunes, 28 de enero de 2019

Exposición retrospectiva de Tamara de Lempicka


En el Palacio de Gaviria, en Madrid, Arthemisia ha abierto al público una exposición retrospectiva dedicada a la figura de Tamara de Lempicka, que se podrá visitar hasta el 24 de febrero de 2019.
La exposición está compuesta por más de 180 obras procedentes de colecciones privadas, museos y prestadores.
Tamara de Lempicka fue pionera en el movimiento artdéco, marcado por la estética de la década de 1920: motivos geométricos, colores brillantes y formas rotundas. Un estilo clásico, simétrico y rectilíneo que alcanzó su mayor apogeo entre 1925 y 1935. Defensora y seguidora de la Bauhaus, fue una destacada representante de este movimiento en el ámbito de las artes plásticas, que originó toda una revolución.
La obra de Lempicka está centrada básicamente en retratos femeninos y desnudos de ambos sexos. Siguiendo la tendencia del estilo art decó, pintaba mujeres etéreas, con ropajes flotantes y dedos largos, si bien dan una impresión férrea y escultural por la pincelada pulida y los marcados contrastes de luces y sombras. Estuvo influida principalmente por Botticelli y Bronzino, por el retrato marierista y el cubismo, pero sin que sus obras llegaran a representar el arte abstracto. Tamara fusionaba estos estilos antiguos para representar temas actuales, donde las figuras visten ropa y peinados de última hora.
Aparte de los desnudos, que suponían la casi totalidad de su obra, retrató a su hija y a personas pertenecientes a la burguesía artística de París y Nueva York, pero también cuadros de flores.
Su estética ha atraído a estrellas del espectáculo como Barbara Streisand Jack Nicholson y Madonna, de quienes se dice que son coleccionistas de sus pinturas.


Tamara de Lempicka (1898-1980)
Tamara Rosalía Gurwik-Gorska, artísticamente conocida como Tamara de Lempicka(por su primer esposo,Tadeusz Lempicki), nació el 16 de mayo de 1898, en Varsovia, como se dice habitualmente, o más probablemente en Moscú, como sostienen otros historiadores.
Descubrió su pasión por el arte en un viaje que realizó con su abuela materna a Italia en 1911. Desobedeciendo a sus padres, abandonó sus estudios y se trasladó a San Petersburgo, a casa de su tía Stefa Jansen en 1914. Allí conoció al abogado Tadeusz Lempicki, con el que contrajo matrimonio en 1916, poco antes del estallido de la Revolución rusa.
Tras la boda, se trasladaron a Copenhague, donde residían los padres de Tamara, y desde allí se fueron a París. En 1920, comenzó a asistir a la Académie de la Grande Chaumière, poco después de que naciera su hija Kizette. Más tarde perfeccionó su técnica con Maurice Denis y André Lhote.
Su primera exposición tuvo lugar en 1922 en el Salón d’Automne. Posteriormente expuso en París, y en 1925, en Milán, el conde Emmanuele Castelbarco organizó su primera muestra individual, tras de la cual Tamara se convirtió definitivamente en una pintora de éxito.
En 1928, dio el paso de divorciarse y muy pronto comenzó una relación con el barón Kuffner, con el que se casó en 1933. En esta época, resultado de una crisis existencial, pintó temas piadosos y humanitarios, pero también autorretratos.
A finales de los años 1960, comenzó a elaborar composiciones abstractas que no lograron convencer a los críticos, de hecho, la muestra realizada en la Galleria Jolas de Nueva York fue un fracaso. Tras la muerte de su esposo, Tamara se mudó a Houston, donde vivía su hija.
En 1969 regresó a París y retomó la pintura. Una gran exposición retrospectiva, organizada en la Galerie de Luxemburgo en el año 1972, devolvió el éxito a la ya anciana pintora.
En 1978 se trasladó a México, donde falleció el 18 de marzo de 1980. Sus cenizas se esparcieron en el cráter del volcán Popocatépetl, según era su deseo.

viernes, 25 de enero de 2019

Agua embotellada, ¿solo un negocio?

El consumo de agua embotellada se incrementa cada día, pero no nos planteamos las consecuencias que este consumo elevado puede tener sobre el medioambiente y sobre nuestra salud.
Este aumento del agua embotellada viene condicionado por la publicidad a la que las empresas comercializadoras nos exponen a diario. Utilizan estrategias que pueden ir desde difundir el mensaje de que para adelgazar es preciso beber una marca específica de agua hasta que para hacer deporte es imprescindible otra marca, que aporta a tu organismo todos los minerales que el cuerpo desecha cuando sudas.
Estas estrategias nos llevan a creer que el agua de la red de abastecimiento es peor que la embotellada y hace que nos pasemos al consumo de agua envasada. ¿Realmente obtenemos grandes beneficios para nuestra salud o para la salud económica de esas empresas?
En contra de lo que nos puedan decir sobre el agua del grifo, su consumo es bastante más seguro, más sano, más barato y muchísimo más ecológico.
Pero, si indagamos un poco más, podemos descubrir el agua embotellada es originariamente agua del grifo, en un porcentaje del 40 % por lo menos. ¿Cuál es la diferencia entonces? El añadido de minerales que no aportan, en ningún caso, beneficios concretos para la salud.
A esta publicidad engañosa hay que añadir que uno de los mayores problemas de esta agua embotellada es su embalaje. La mayor parte de esta agua se envasa en botellas de plástico, material que proviene de petróleo crudo, qué es muy tóxico para nuestro organismo.
Hay que sumar la energía que se consume en las plantas embotelladoras y, por supuesto, el combustible que se usa para el transporte del agua una vez envasada.
En algunos lugares la extracción del agua para su embotellamiento deja a los habitantes de la zona sin agua en sus redes locales y provoca grandes desequilibrios en el medio ambiente. Hay que tener en cuenta que, del precio que abonamos por ellas, el 90 % es para pagar los envases.
Por otra parte, no podemos olvidar el alto grado de contaminación que producen, porque una botella de plástico tarda 700 años en descomponerse, pero después de este tiempo sigue contaminando, y que solo el 20 % de ellas son recicladas. Se necesitan unos diez millones de litros de petróleo para fabricar cien millones de botellas y siete litros de agua para producir uno de agua embotellada.
Algunos estudios han revelado que el agua del grifo es, cuando menos, de la misma calidad que el agua embotellada, mucho más económica y fácil de trasportar.
En Alemania y Austria se está imponiendo el uso de botellas de vidrio, mucho más reutilizables y fáciles de reciclar que las de plástico.
En California, algunos restaurantes famosos ya se niegan a servir agua embotellada y aconsejan el consumo del agua del grifo.
Investigadores del Centro Nacional de Aceleradores y de la Universidad de Sevilla han analizado los niveles del polonio radiactivo 210Po en 32 marcas de agua mineral. El estudio confirma que la cantidad de polonio-210 en el agua embotellada es muy superior a la que contiene el agua del grifo, que en general no suele superar 1 mBq/l. La de Sevilla, por ejemplo, es 0,25 mBq/l.
Los resultados revelan que las concentraciones de esta sustancia nociva en algunas muestras superan más de 100 veces las que hay en el agua del grifo, aunque siempre muy por debajo de los valores peligrosos.

lunes, 14 de enero de 2019

“Pintoras” es una adaptación del libro “Ellas mismas”, un libro imprescindible para nuestras niñas y niños


La historia ha relegado desde siempre a la mujer a un segundo plano. Mujeres escritoras, escultoras, pintoras o músicas han tenido que escudarse tras un seudónimo masculino para poder publicar sus obras, pues de otra manera hubiera sido imposible, porque la sociedad no se lo permitía.

La sociedad y, sobre todo, los niños y los jóvenes no conocen a casi ninguna de esas mujeres creadoras. Los libros de textos no son una excepción, solo el 10 % de los nombres que citan son de mujeres.
El mundo del arte en particular es aún más exclusivo y, salvo Frida Kahlo, parece que las mujeres artistas jamás han existido.
Este libro intenta acercar esta realidad a los niños, hacerles llegar los nombres de todas estas artistas, educarlos en igualdad.
Pretende enseñar que, aunque las leyes y las costumbres hayan sido tan duras con nosotras, siempre ha habido mujeres que no se han resignado a ese papel pasivo que la sociedad les tenía asignado. Se rebelaron, lucharon y llegaron a brillar como artistas, por mérito propios, al lado de grandes pintores conocidos, aunque después la historia las haya silenciado y arrinconado.
Pintoras es un libro lleno de color, de energía, huye de la victimización y resalta el talento, la valentía y la fuerza de todas estas mujeres artistas y creadoras.
Es un libro infantil para que los peques disfruten y admiren a nuestras antepasadas, que despierte su curiosidad por el arte. Contiene los autorretratos y las vidas de 25 grandes artistas femeninas de todos los tiempos, desde la Prehistoria hasta la Segunda Guerra Mundial, desde el esfuerzo de las lavanderas hasta la fabricación de los primeros automóviles.
Pintoras está escrito como si se tratara de cuentos, para que los niños y niñas puedan disfrutar las 25 historias que contiene.


Ángeles Caso
Licenciada en Geografía e Historia, escritora, historiadora del arte, traductora y comunicadora, nació en Gijón en 1959.
En la década de 1980 trabajó como presentadora de informativos en Televisión Española pero, más tarde, decidió encaminar su vida hacia la literatura y ha colaborado en diversos medios culturales y ha publicado novelas, biografías y ensayos.
En 1994 fue finalista del premio Planeta con El peso de las sombras, galardón que consiguió en el año 2009 con Contra el viento, una novela que giraba en torno a la inmigración. En 2000 también obtuvo el premio Fernando Lara con Un largo silencio.
Muchas de sus obran se centran en personajes históricos femeninos.
Sus últimos libros han sido autoeditados en el sello Libros de la Letra Azul. Fruto de años de investigación sobre la vida y la obra de numerosas mujeres artistas, recientemente ha publicado Ellas mismas, que reúne 100 obras de pintoras y fotógrafas pioneras.

PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN (VIGO)



La plaza de la Constitución ya existe como tal desde del siglo XVII; en un croquis a mano alzada ya se ve perfectamente la plaza Mayor.
Es muy probable que esta plaza fuera antiguamente el punto de la ciudad con más historia. Por ella pasaron las tropas francesas cuando ocuparon la ciudad en el año 1808, allí se leyó la proclamación de Fernando VII como rey de España y la Constitución de Cádiz de 1812, de la que hereda su denominación actual.
En ella se celebraban tres ferias al año, además del mercado de los sábados.
Actualmente se conserva la réplica de la primera farola que recibió luz eléctrica en la ciudad y, a su derecha, podemos encontrar la Casa Gallega de la Cultura.
El edificio más antiguo de esta plaza, “La Central”, es de estilo barroco, pero el resto data ya del siglo XIX.
La plaza se proyectó en el año 1816 y recibió el nombre de plaza de la Pescadería, porque allí se compraba y vendía pescado. Taboada Leal, en su Descripción topográfico-histórica de la ciudad de Vigo, su ría y alrededores, detallaba “que casi siempre lo hay abundante, lo mismo que marisco, carne de cerdo y de carnero”.
La plaza daba al matadero y en ella estaba situado el órgano oficial de la venta de cereales, llamado Alhóndiga, y el repeso, que no era otra cosa que un departamento de control de pesas y medidas.


En el 1832, se dota de esplendor al lugar con la construcción de un lujoso teatro. Su impulsor fue el industrial Norberto Velázquez Moreno, empresario llegado del exterior.
Nacido en Ortigosa de Cameros (La Rioja), Velázquez Moreno se instaló en Vigo y prosperó mucho en los negocios, al punto de que llegó a convertirse en la segunda mayor fortuna local, tras el marqués de Valladares. Velázquez Moreno participó más tarde en la creación del lazareto de la isla de San Simón.
La construcción del teatro supuso una forma de ennoblecer el Vigo de la época. El teatro mantuvo su actividad hasta el año 1880, programando obras con títulos tan sugestivos como El cuarto de hora del bello sexo, Los tres recién nacidos o el drama épico Guzmán el Bueno, héroe de Tarifa.
Francisco Coello dibujó, para el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de Madoz, la plaza con el nombre de Pescadería y prácticamente urbanizada en su totalidad.
En el año 1840, se construyó el nuevo ayuntamiento, el edificio que hoy alberga la Casa Galega da Cultura. Con su construcción, la plaza quedó con su forma cuadrada actual y cerrada, solo con aperturas a la calle Imperial, hoy Joaquín Yánez, a través del Arco de Quiroz y de la Puerta del Sol. Poco después se procedió a su pavimentación y desde ese momento se bautizó oficialmente como plaza de la Alhóndiga.
En Madrid, en el año 1851, nació Isabel Francisca de Asís y de Borbón, primogénita de la reina Isabel II. A los dos meses de nacer, la soberana acudió al templo de Atocha para dar las gracias por el alumbramiento. El cura Merino intentó atentar contra su vida asestándole una puñalada que no resultó mortal, gracias a que el arma tropezó con una ballena del corsé. Este atentado conmocionó a todo el país y Vigo, en prueba de su lealtad y adhesión al trono, cambió el nombre a la plaza, que pasó a llamarse plaza de la Princesa, puesto que era el título que ostentaba la hermana de Alfonso XII desde la cuna.


La ceremonia de colocación de la placa tuvo lugar el 11 de abril de 1852. El cronista José Espinosa señaló en su libro Tierra del Fragoso que en el acta levantada por el secretario municipal se subrayaba que en la ciudad amanecieron los buques engalanados y los edificios adornados con colgaduras. A las 11 de la mañana, frente a la Casa Consistorial, toda la tropa de las diferentes armas de la guarnición estaba formada en batalla. La banda de música tocó hasta mediodía “varias piezas del mejor gusto, y en los intermedios, una multitud de voladores poblaba el aire”.
En el ayuntamiento se encontraban reunidas todas las autoridades y corporaciones civiles, militares y eclesiásticas, funcionarios y empleados públicos, y personas notables de toda la ciudad y la comarca. La comitiva estuvo precedida de un piquete de Infantería y el resto de la tropa, que les hicieron de escolta. Ya en la plaza, el alcalde manifestó el objeto del homenaje, con el cambio pertinente de nombre a la plaza.
En los años cuarenta, la plaza sufrió una reforma que afectó al pavimento de piedra y se plantaron unas camelias. En el centro, dispusieron un monumento, bastante feo, por cierto, según relató el cronista local Vázquez Gil, que recuerda la gesta de la Reconquista y fue levantado en el año 1909, al cumplirse el primer centenario.
Se cree que dicho monumento es una reminiscencia de la fuente del Angelote, que estaba cerca de la de Neptuno; es una fuente-torre rematada por una especie de Cupido. Esta se encontraba donde de hoy se ubica el edificio Labarta y la del Angelote, enfrente. Vázquez Gil la consideraba “bonitiña y recoleta, para gozo de quien quiera”. En los años sesenta fue escenario de concursos de pintura que organizaba el Ayuntamiento durante las fiestas de verano.


En 1990, sufrió una nueva remodelación dentro del plan Urban, que afectó al pavimento.
Un animoso grupo de hosteleros, intenta, desde hace algún tiempo, darle más vida y convertirla en punto de encuentro urbano.
La que llegó a ser la plaza más importante de Vigo, porque acogía la entrada trasera del Ayuntamiento y un gran teatro, con diferencia el mejor de Galicia, edificado por el industrial y mecenas Norberto Velázquez Moreno, es hoy es una plazoleta que da acceso al Casco Vello. Un emplazamiento que cada fin de semana eligen vigueses y turistas para el pasar tiempo en sus terrazas.












Inauguración de “Ondas do mar de Galicia”, la muestra de Ricardo Grobas en el Museo del Mar de Vigo



Ricardo Grobas expone en el Museo del Mar de Vigo Ondas do mar de Galicia, una obra que reúne 50 fotografías de paisajes, que son el reflejo perfecto de un momento que transmite la belleza del mar y la sensibilidad de un gran artista.“Descubrí que fotografiar el mar me producía sensaciones placenteras, que me relajaba y que me hacía sentir pleno”, es el sentir de este gran artista.


Estas fotografías son el resultado de cinco años de intenso trabajo, a lo largo de los 1500 kilómetros del litoral gallego. “El recorrido va desde A Guarda hasta Ribadeo y muestra lo más atractivo, o al menos lo que más me gusta a mí, como pueden ser los faros, los cabos o las islas. También hay fotografías aéreas y de enclaves que apenas se conocen”, ha manifestado Grobas.


 Por supuesto, algunas de sus fotografías son fruto del azar, pero la mayoría son el fruto de una gran planificación y mucha paciencia y constancia:"Primero veo la imagen en mi mente, por lo que vuelvo al lugar muchas veces intentando conseguirla. Tardé años en conseguir algunas de ellas", destaca Grobas.



Durante el acto de inauguración de esta magnífica exposición, el artista estuvo acompañado por personalidades de la política, de la cultura, del arte, compañeros y muchos amigos.









Ricardo Grobas (Vigo, 1962)

Desde bien pequeño tuvo muy claro que su pasión era la fotografía y empezó a trabajar en el mundo del periodismo gráfico con 18 años.

Ha trabajado en varios medios locales y periódicos de ámbito nacional, y ha colaborado en exposiciones colectivas. Su trabajo fotográfico le ha otorgado diversos galardones, los más destacados son el Premio Galicia en Foco, en los años 1990 y 1991, y el Premio de Fotografía de Liga Nacional de Fútbol Profesional, en 1992.

Ha desarrollado su carrera como redactor gráfico en el periódico Faro de Vigo del que desde hace trece años es responsable del departamento de Fotografía.
Es socio fundador y editor gráfico de la editorial Belagua (2013).
Ha publicado La ría de Vigo y su puerto (2009), Illas Atlánticas de Galicia (2013), Galicia, todo un mundo (2015) e Illas Cíes (2016), obras con las que ha querido mostrar la belleza del litoral que ama y que lo vio nacer

Apasionado de la vela y el submarinismo, ocupa su tiempo de ocio fotografiando paisajes de Galicia, especialmente de las costas gallegas.

Vivir con fibromialgia

Vivir con fibromialgia es sinónimo a sobrevivir al dolor, ese dolor permanente que puede llegar a acabar con tu vida. Nadi...